El día anterior al desembarco de Normandía, el famoso día D de la Segunda Guerra Mundial, los nervios eran contenidos en el bando aliado únicamente por una frenética actividad. Había llegado el momento de la verdad y el punto de inflexión había sido sobrepasado, no había posibilidad para una vuelta atrás.
Entonces, el general Dwight D. Eisenhower, sabiendo lo que estaba en juego y asumiendo que aquella acción era algo así como poner todos los huevos en la misma cesta, redactó una nota para hacerla pública si aquella operación, la operación Overlord, fracasaba.
La nota era la siguiente:
Nuestros desembarcos en el área de Cherbourg-Havre no han conseguido afianzarse satisfactoriamente y he retirado las tropas. Mi decisión de atacar en este momento y lugar estaba basada en la mejor información disponible. Las tropas de tierra, la fuerza aérea y la marina se han empleado con toda la valentía y dedicación posible a su deber. Si hay alguna culpa o falta en este intento es únicamente mía.