Cada día vemos este error por doquier. En las universidades, en los bares, en la sanidad, en nuestra propia casa y, por supuesto, en la calle. El fácil recurso es el clásico “no me entienden”. Las personas más “finas” llegan incluso a decir: “es que no me entienden” o “es que no me explico bien”. Esta última es la única frase correcta de las dos. No existe el caso en el que podamos decir que la persona que escucha “es tonta”, “no tiene cultura”, etc. Sólo ocurre que no tenemos la capacidad de explicar ese conocimiento del que presumimos.
El que tiene conocimiento bien interiorizado siempre tiene la facultad de transmitírselo a un niñ@ de cinco años y a una persona centenaria. Punto de partida: no nos explicamos bien y, por tanto, no nos entienden. Aprender algo sin saber explicarlo es como llenar el armario de ropa que no es de tu talla. Prendas tienes, pero ninguna te sirve.
‘PIENSA COMO LOS SABIOS, MAS HABLA COMO LA GENTE SENCILLA’
El gran Aristóteles dijo esta frase en vida, pero le ocurrió lo mismo que a tantos otros pensadores, que esta “moderna” cultura nuestra ha aparcado sus sanas meditaciones en “imaginarios museos” que, lógicamente, no se pueden visitar. Es decir, están ocultas, para la mayoría, porque conocerlas nos haría más ágiles e iría en contra de un sistema que premia “parecer” más que “ser”.
El inmortal filósofo griego, que defendía la experiencia frente al idealismo de Platón, dejó numerosas sentencias dignas de todos los tiempos. En este siglo XXI, saturado de información, con tan poca formación y con tanta deformación profesional, una de sus máximas brilla con fuerza: ‘Piensa como los sabios, mas habla como la gente sencilla’.
En mi profesión está a la orden del día, y eso que es fundamental evitar que no te entiendan, pero es un mal generalizado que sufrimos los seres sociales en cualquier expresión cultural y/o profesional. La receta es simple: saber sintetizar. Si quieres hablar del número 100, no le cuentes a quien te escucha todos los números antes de ese, porque son nada menos que 99 y restarían protagonismo al centenar. Si no eres capaz de trasmitir un mensaje sencillo sobre un libro extenso, no has aprendido nada de él.
Os presento un primer paso para aprender a sintetizar. Está más relacionado con el cómo dices las cosas que con el qué significan. Como reza este artículo: saber sin explicarse bien, es como no saber:
‘VE AL GRANO, DESPUÉS AMPLÍAS EL RESTO’
Espontáneo y menos brillante, este titular mío es un sencillo consejo para tod@s tal y como lo recibí yo en su día, para que las conversaciones o explicaciones personales y profesionales sean más “atractivas”.
Suelen las personas, todas (me incluyo), explicar un acontecimiento personal con tal nivel de introducción que el receptor se cansa ante de llegar al corazón de la idea expresada. Ejemplo: queremos contarle a un amigo que “el otro día” nos pasó algo increíble. Comenzamos a argumentar la situación y decimos:
‘Iba yo por la calle, después de comprarme un abrigo nuevo en la tienda nueva de la esquina que, por cierto, me salió muy barato porque estaba de rebajas, me habían llamado para decirme que aprovechara las ofertas, y comenzó a llover. Entonces me metí en una cafetería y, como no quería tomar nada, me acerqué a una persona que conocía para saludar y entonces me di cuenta de que había dejado una comida en el fuego en casa. Entonces fui corriendo por un atajo para llegar antes y cuando llegué a casa, no me lo podía creer, había humo por todas partes y tuve que llamar a los bomberos”...
¿Dónde está el error? El error está en la organización de tu discurso. Una introducción extensa que quiere captar la atención sobre los hechos pero que, en cambio, resta protagonismo al contenido. Debería comenzar así:
“Se me ha quemado la casa”... (Te preguntarán): ¿Y eso? (Respuesta)“me olvidé al fuego una sartén al irme a comprar un abrigo en las rebajas”.
¿Diferencias? Pues nada menos que decenas de palabras para contar lo mismo. A partir de ahí, puedes argumentar cualquier otra circunstancia sobre los hechos y captarás más y mejor la atención. No subordines ni palabras ni momentos accesorios al hecho principal antes de contarlo. Eso es mejor expresarlo después.
Revisa qué dices, cómo lo dices y recuerda que la excelencia pasa por contar con sencillez lo que otras personas explican rimbombantemente en un erróneo alarde de cultura.
Una persona culta es aquella que sabe expresarse en cualquier tipo de situación y ante cualquier tipo de persona.
Feliz semana a tod@s
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Sino te entienden o no captas la atención, es inútil aquello que sabes. Por Miguel A. Blanco.
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Actualizado el 12/12/2011 |
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Si te ha gustado lo mejor que debes hacer es ir a su blog/pagina.
En mi blog no puedes dejar comentarios , pero si en el del autor.
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HA ENTRADO EN el BLOG/ARCHIVO de VRedondoF. Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo INTERESANTE según mi criterio). Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera) , contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo.
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Cuando incorporo MI OPINION, la identifico CLARAMENTE,
con la unica pretension de DIFERENCIARLA del articulo original.
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Mi correo electronico es vredondof(arroba)gmail.com por si quieres que publique algo o hacer algun comentario.