La imagen de cabecera corresponde al panel titulado "La fruta prohibida", pintado por Miguel Ángel Buonarroti en la Capilla Sixtina. Como pueden comprobar, en la parte izquierda del mismo, se representa la tentación de Adán y Eva con la fruta prohibida. Y en la parte derecha, la expulsión del paraíso de ambos por haber sucumbido.
Pero quedémonos en la parte izquierda. Se habrán dado cuenta los que tengan la menta más suspicaz, y quizás más sucia, que la cabeza de Eva está a la altura de la entrepierna de Adán, aunque mirando, afortunadamente, en otra dirección. En cualquier caso, cuando Eva gire la cabeza se encontrará con el miembro de Adán, que está desnudo, justo delante de su cara.
Este detalle es un poco delicado, como otras decenas de casos con los que Miguel Ángel salpicó su obra sixtina. La Iglesia se percató de este tema y prohibió la reproducción de este panel durante siglos, casi hasta la llegada del siglo XX. Ahora bien, ¿la interpretación "delicada" estuvo en el artista o está en el ojo del que mira?