Alquiler de vehículos
Conocer las condiciones de las empresas de "renting" antes de alquilar un coche evita al consumidor gastos innecesarios
El sector en España
Quien desee conducir un turismo nuevo durante unos días, cambiar de vehículo de vez en cuando o darse el capricho de llevar un modelo de alta gama sin que le resulte demasiado caro, lo tiene fácil. Las empresas que se dedican al alquiler de coches, que facturan cada año cerca de 900 millones de euros, ponen a disposición de sus clientes una amplia y variada flota de vehículos para que cada usuario elija el que más se ajuste a sus necesidades. Sin embargo, también es preciso prestar atención y conocer las condiciones que imponen las empresas, el mejor modo de ahorrarse gastos y disgustos innecesarios.
El negocio del "rent a car" factura anualmente en España cerca de 900 millones de euros y tiene aún grandes posibilidades de crecimiento. Según señalan desde la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin Conductor, FENEVAL, el sector se encuentra en una situación favorable debido, en parte, a la excelente marcha del turismo receptivo español. No obstante, es un negocio muy sensible a cualquier tipo de cambio y dependiente, en gran medida, de la economía nacional y del turismo.
La fuerte competencia dentro del sector ha hecho que en estos últimos años haya descendido el número de empresas pequeñas y otras vean amenazada su supervivencia por dificultades de adaptación a las nuevas condiciones de un mercado cada vez más competitivo, según aseguran desde FENEVAL, que representa a 450 empresas de alquiler de vehículos. Por este motivo, las compañías han tenido que hacer grandes esfuerzos de readaptación e introducir nuevas tecnologías para mantener sus niveles de crecimiento, rentabilidad y competitividad. De hecho, cada vez son más las reservas que se realizan a través de Internet. Algunas pequeñas compañías suplen las grandes flotas de vehículos de las empresas de mayor tamaño con un trato personalizado al cliente al que dan más facilidades a la hora de realizar los trámites de pago. La guerra de precios también ha traído consigo la utilización de tarjetas de fidelización, acuerdos con compañías aéreas o sistemas de bonificación con puntos.
Usuarios y vehículos
Los clientes de las empresas de alquiler son, mayoritariamente, turistas. En torno al 55% de los usuarios del sector son personas que están de vacaciones en una localidad que no es la suya, y desean conducir un coche propio para recorrer distintos puntos turísticos durante sus días libres. El vehículo alquilado proporciona una libertad de movimientos y horarios que no dan los servicios públicos y se adapta, además, a las necesidades de cualquier cliente. Este tipo de turista viaja principalmente en épocas vacacionales y, sobre todo, a localidades costeras o monumentales así que el "rent a car" crece sobre todo en determinadas temporadas y zonas. Pero además del turismo clásico, España ha experimentado un gran crecimiento en la organización de congresos, reuniones y convenciones. Este tipo de visitantes es otro de los grandes filones de las empresas de "rent a car", sin olvidar a los hombres y mujeres de negocios, que suponen en torno al 40% de los usuarios de este tipo de vehículos.
En otros países también es frecuente alquilar un automóvil mientras el coche propio está en el taller, algo que, de momento, en España no es tan habitual. Sin embargo, puede que las cosas cambien tras una sentencia que obliga a Mutua Madrileña a pagar los 366 euros que un conductor abonó por el coche de sustitución mientras su vehículo permanecía en el taller. La factura corresponde al coste del vehículo de sustitución, no a la reparación del propio que ya había asumido la aseguradora.
Las empresas de alquiler tienen coches adaptados para personas con necesidades especiales
En cuanto al tipo de vehículo, no existe demasiada diferencia entre el porcentaje de personas que opta por un gran coche y el que elige uno pequeño, pues todo depende de las necesidades del cliente y de sus acompañantes. También hay quien desea darse un capricho y conducir automóviles de alta gama. Para responder a esta necesidad, las empresas de "rent a car" ponen a disposición de sus clientes más exigentes coches como el Peugeot 206 Coupé Cabrio, Mercedes CLK o BMW Z4. Además, existen negocios especializados en alquilar limusinas o coches antiguos para grandes eventos.
Las personas con necesidades especiales también pueden alquilar un automóvil, pues cada vez son más las empresas que ofrecen vehículos adaptados a los discapacitados. Hertz, por ejemplo, ofrece sus Peugeot 307 que disponen de pomo extraíble en el volante, freno y acelerador adaptados a la mano derecha y conducción automática. El precio es el mismo que el de cualquier coche sin adaptar.
PRECIOS DEL ALQUILER DE VEHÍCULOS
La mayoría de los establecimientos ofrece vehículos casi nuevos que no suelen tener una antigüedad superior a los seis meses y un recorrido inferior a los 20.000 kilómetros. No obstante, algunos usuarios denuncian que en zonas costeras o muy turísticas algunas compañías -las menos- alquilan coches viejos que pueden dar problemas.
Los coches se arriendan por días o semanas, pero nunca por horas. Los precios varían de una compañía a otra y pueden existir promociones especiales en determinadas fechas, localidades, o por lugares de entrega o recogida. Algunos ejemplos de precios para vehículos que se alquilen en aeropuertos son los siguientes:
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Europcar ofrece para un alquiler de 7 días, recogiendo el coche en un aeropuerto, el Kia Picanto por 193 euros semanales; el SEAT Ibiza o el Peugeot 207 por 197; el SEAT Córdoba por 220 euros; un Golf 1.9 por 258 o un Audi A3 por 526. Además de estos vehículos existe una amplia gama de modelos similares en todas las empresas.
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En AVIS, los modelos económicos como el Opel Corsa cuestan 237 euros semanales y el SEAT Ibiza, 243; un automóvil mediano compacto del tipo SEAT León 1.9 se puede alquilar desde 250 euros; el Golf 1.9 por 282 euros; el Renault Laguna asciende a 365 euros y el Mercedes Clase A, a 387 euros.
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Hertz tiene el Clio por 215 euros semanales; el Ford Focus cuesta 236; el Peugeot 407 se puede alquilar por 331 euros, mientras que por el Mercedes Clase C hay que pagar 483 euros cada semana. La tarifa incluye cobertura parcial por robo y por colisión
Un coche de alquiler a medida
Antes de alquilar el vehículo es importante que el usuario se pregunte qué tipo de necesidades tiene, cuántas personas van a circular en él, los días que desea tenerlo, el número de conductores adicionales que lo van a llevar, los kilómetros que quiere hacer con el coche o el equipamiento adicional (sillas de bebé, cadenas para la nieve...). Aunque puede parecer obvio, en ocasiones no se tienen en cuenta estos parámetros y el cliente termina alquilando un vehículo que no satisface totalmente sus gustos.
Muchas empresas ofrecen a través de Internet su flota de vehículos clasificada según su mayor o menor tamaño, número de puertas o de ocupantes que puede llevar. Añaden, además, los precios de cada uno de ellos con el seguro básico y dan la opción de ir añadiendo prestaciones. Eso sí, cada oficina puede tener unos modelos determinados por lo que es aconsejable preguntar si la sucursal en la que se va a alquilar el coche tiene el automóvil que el cliente necesita. Estas empresas dan la posibilidad de realizar la reserva a través de su web y recoger el vehículo en el lugar elegido.
Otra opción es acudir directamente al establecimiento y solicitar un vehículo determinado. Allí, los empleados pueden asesorar al consumidor si éste lo desea y ofrecerle el vehículo que más se ajuste a sus necesidades. A veces es conveniente reservar con tiempo por si el modelo deseado no se encuentra disponible. Es muy recomendable que a la hora de contratar un servicio de este tipo se opte por empresas sujetas a las Juntas Arbitrales de Transporte Terrestre, puesto que si la compañía no ha firmado el sometimiento a este sistema y se produce un abuso, el usuario tendrá que acudir a los tribunales para reclamar las cantidades que considere que le corresponden legalmente por cláusulas abusivas o discrepancias en el contrato.
Requisitos y contratos
Para alquilar un vehículo hace falta cumplir una serie de requisitos que pueden variar según la compañía:
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La persona que vaya a conducir el coche ha de presentar su permiso de conducir. Normalmente, en caso de pérdida o robo de este carné, las compañías no suelen aceptar el resguardo que acredite la sustracción o extravío, por lo que puede llegar a ser imposible arrendar un vehículo en gran parte de los establecimientos de España. En el caso de que el documento esté en escrito en caracteres ilegibles, el cliente puede necesitar un permiso de conducir internacional o una declaración jurada.
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También es frecuente que las empresas de "rent a car" establezcan como edad mínima para alquilar sus coches los 21 ó los 23 años. En ocasiones, piden una antigüedad determinada para poder firmar el contrato o imponen un suplemento a las personas que llevan poco tiempo con el carné.
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Casi todas las empresas piden al cliente, además de cumplir las anteriores exigencias, una tarjeta de crédito -las de débito no suelen ser admitidas- en la que cargar el importe de los gastos. Si el coche elegido es de alta gama, pueden solicitar otra tarjeta de crédito adicional.
Para no llevarse sorpresas posteriores, es imprescindible leer el contrato detenidamente antes de firmarlo. La letra pequeña o los acuerdos verbales pueden traer consigo consecuencias económicas muy desagradables para el consumidor. Hay que tener cuidado con las cláusulas abusivas, como las que eximen a la empresa de responsabilidad si el vehículo tiene algún defecto de fabricación. Todo lo que la compañía haya ofrecido tendrá que estar escrito en el contrato. En él se debe incluir la marca, el modelo y el número de matrícula, el precio total y desglosado, la hora a la que se presta y la de la devolución, así como el lugar en que se va a efectuar la entrega.
Hay que tener cuidado con las cláusulas abusivas, como las que eximen a la empresa de responsabilidad si el vehículo tiene algún defecto de fabricación
Uno de los extremos que es imprescindible tener en cuenta es el seguro. Todos los vehículos de alquiler llevan el seguro obligatorio de responsabilidad civil, sin el cual la normativa española no permite circular. Lo que muchos arrendatarios no saben es que sólo están cubiertos los daños a terceros pero no los que el conductor ocasione al vehículo, con lo cual, en caso de siniestro será él quien pague los desperfectos -que pueden llegar a ser realmente elevados-. Como la empresa tiene los datos de la tarjeta, cargará en ella los gastos que le ocasione la reparación, pues el consumidor lo ha aceptado en el contrato.
Las compañías suelen ofrecer, además, otro tipo de coberturas contra robo, colisión o la que cubre las lesiones que pueda sufrir el conductor. Pero también hay que fijarse en que éstas suelen incluir franquicias y, hasta una determinada cantidad, los gastos de la reparación también los pagará el cliente. De este modo se fomenta una conducción prudente y el cuidado del vehículo. El usuario ha de valorar si le compensa o no la subida en la tarifa que le supone contratar estos seguros.
Otro de los detalles que se deben sopesar es el número de personas que van a llevar el vehículo. Es obligatorio comunicar a la empresa si se cuenta con conductores adicionales, pues el contratante tendrá que pagar una cantidad por cada uno de ellos. Si no se informa a la empresa y se produce un siniestro mientras está al volante una persona no autorizada, no estará cubierto por el seguro.
Muchos automóviles de alquiler sólo cuentan con el seguro obligatorio de responsabilidad civil pero no cubren otros daños que debe pagar el conductor
En cuanto al combustible, hay varias opciones por parte del firmante. La compañía entrega el coche con el depósito lleno o con una determinada cantidad de gasolina o gasóleo y exige que se devuelva en las mismas condiciones. Si el firmante entrega el coche con menos combustible, tendrá que pagarlo en la empresa a un precio superior. La cantidad de gasolina aparecerá reflejada en el contrato. Antes de llevarse el coche, además, hay que revisar detenidamente el vehículo para comprobar que está en perfecto estado y cumple con todas las cláusulas firmadas. Conviene mirar si el automóvil tiene algún rasguño, y observar el estado de la pintura, la chapa, la tapicería. En definitiva, cualquier detalle exterior o interior que pueda estar defectuoso para evitar que la empresa lo cargue en la cuenta del cliente como un daño causado por él. Si encuentra un desperfecto, el consumidor debe exigir que quede reflejado por escrito.
Es importante que la persona que vaya a alquilar un vehículo planifique previamente su tiempo y determine cuántos días va a necesitar el automóvil, ya que puede encontrar ofertas de fin de semana, siete días al precio de seis... Pero también ha de tener en cuenta que si desea ampliar el tiempo del contrato puede sufrir un recargo, al igual que si devuelve el vehículo más tarde de lo convenido. Los establecimientos de alquiler suelen dar un tiempo de cortesía, entre media hora y una hora -puede ampliarse- pero si el cliente se excede tendrá que pagar un día entero.
La recogida o devolución del vehículo en aeropuertos o estaciones de tren suele llevar un suplemento adicional. El cliente también puede pactar con la empresa arrendadora salir con el vehículo de una ciudad y entregarlo en otra, e incluso en el extranjero. Por estos servicios también se paga una cantidad extra.
El kilometraje
Como algunas compañías establecen en el contrato un kilometraje máximo, hay que estar pendiente de no pasarse, pues puede suponer un recargo. Si el conductor cree que va a hacer más kilómetros de los pactados debe comunicarlo previamente y pagar la cantidad estipulada con antelación, ya que seguramente ésta será inferior a la penalización que pueda sufrir.
También hay empresas que prohíben salir del país con el coche. Normalmente no suele haber problemas en los viajes por el resto de la Unión Europea, pero es mejor asegurarse antes. Si el cliente necesita meter el coche en un barco -para ir a Canarias, Baleares, Ceuta o Melilla- también es conveniente consultarlo con anterioridad en la casa de alquiler.
Puede ocurrir que durante el viaje el conductor y sus ocupantes sufran un accidente o cualquier tipo de problema. Las compañías suelen incluir un servicio de atención en carretera las 24 horas. El conductor podrá encontrar el teléfono junto a la documentación del vehículo o pegado en la luna delantera. No debe llamar a otro servicio diferente, pues si lo hace deberá abonar los gastos. Si se produce un siniestro en el que esté implicado otro conductor habrá que rellenar el parte de accidentes. Cuando la culpa ha sido suya, es importante dejarlo muy claro y por escrito porque, de lo contrario, el firmante del contrato de alquiler pagará los desperfectos.
Conviene recordar que el conductor se hará cargo de las multas por cualquier infracción de tráfico: exceso de velocidad, mal aparcamiento... Si no las abona antes de devolver el vehículo, la empresa arrendadora puede cargárselas en su tarjeta junto con un suplemento por gestión administrativa.