un laboratorio de un millón de dólares. Necesitamos percibir las cosas para creer en su existencia. No sólo ver, sino también palpar, oír, oler; poner en juego nuestros sentidos. Lo que resiste esa prueba, existe; lo demás es "mental".
La afirmación anterior suele ser grata a las personas con espíritu práctico:
comerciantes, militares, políticos... Todos ellos aprenden a discernir rápidamente las creaciones de la vida mental de la dura y sólida realidad.
Pero... las dudas vuelven. Nos encontramos con un fenómeno
inesperado: "percibimos" muchas cosas que no existen a simple vista; que no se pueden tocar; que ningún animal de otra especie consideraría parte "del-mundo-real". ¿Todos podemos "ver" el futuro inmediato, y algunos "ven" más allá de él? ¿qué animal de otra especie es capaz de esta proeza? Hay muchas cosas que se "ven" y que se reacciona como si fueran sólidas... sin embargo, son transparentes (por no decir "gaseosas").
Algunos ven a un conjunto heterogéneo de personas desconocidas entre sí y con características muy diversas como formando parte de la misma "nación".
Incluso hay quienes logran ver a este conjunto heterogéneo como prolongándose en el tiempo, viniendo en procesión desde casi la prehistoria.
Otros se estremecen cuando ven a Dios o a alguno de sus múltiples enviados, y hay gente que puede visualizar, hasta en colores, un crack bursátil horas antes de que efectivamente suceda. Evidentemente somos una especie "vidente".
Si utilizamos la percepción para discriminar donde hay conducta inteligente... encontramos demasiada inteligencia. No se trata sólo de "ver" sino de ver bien. Ver cosas que efectivamente suceden y no ilusiones proyectadas de nuestros deseos y ansiedades.
Existen otras vías. Hay otros autores que buscan a la inteligencia en la capacidad de aprender. Una posición que me resulta simpática, lo reconozco.
Por ejemplo, Ferrater Mora.
Para él la inteligencia es "una capacidad poseída por ciertos organismos para adaptarse a situaciones nuevas, utilizando a tal efecto el conocimiento adquirido en el curso de anteriores procesos de adaptación (...). Desde este punto de vista, la inteligencia es considerada como una capacidad de aprendizaje y de aplicación del aprendizaje..." (8)
¡No está mal! Es todo un programa para la especie: aprender, incorporar nuevas conductas conforme cambian las condiciones exteriores; ajustar la adaptación; sobrevivir y desarrollarse. En esta definición late el antiguo mandato: "creced y multiplicaos". Se trata de aprender del entorno y
encontrar la clave para prosperar. La inteligencia no sería otra cosa que aportar, en lo individual, lo que beneficia a la especie. Lo "inteligente" no podría apreciarse a priori sino una vez observados los resultados.
Aquello que funciona es lo que da nombre, retroactivamente, a una decisión inteligente.
Además de la dificultad de tener que suspender todo juicio (por cuanto tiempo) hasta comprobar los resultados, aparece una tremenda diversidad de inteligencias posibles. Todas los organismos contemporáneos han mostrado, a su manera, esta clase de comportamiento; los que no, ya no están aquí. En
este sentido difícilmente podríamos negar inteligencia a las cucarachas; a pesar de su aspecto humilde y algo fúnebre, prosperan y se difunden por todos los ámbitos imaginables. Viene a cuento la anécdota protagonizada por el gran biólogo Haldane. Cuando le preguntaron que podría decir de Dios al
cabo de tantos estudios realizados. "Que tiene un gran amor por las cucarachas", comentó luego de un silencio reflexivo.
La propuesta que analizamos tiene sus adeptos. Por ejemplo Denis Postle (9) :
"inteligencia: Una propiedad fundamental de todo ser vivo. Genéricamente significa capacidad para adaptarse, sobrevivir y medrar; no solo en los humanos, sino también en los animales, plantas y microorganismos".
¡Vaya! la inteligencia se ha expandido incluyendo todo el universo viviente.
En realidad se la ha asimilado a "vida" ya que lo que caracteriza a cualquier organismo es la cualidad de usar sus recursos para mantenerse y desarrollarse.
Otros investigadores tratan de precisar este omnipresente e inasible concepto en la capacidad, mayor o menor, que tienen las personas para resolver problemas. Esta idea es muy fácil de entender, ya que coincide casi literalmente con la que se usa intuitivamente en la calle.
Inteligencia sería así: "la capacidad de resolver problemas (cualquier clase de problemas); encontrando una solución que funcione y permita llegar, o acercarse, al objetivo señalado."
Para que la definición quede suficientemente clara se requiere precisar que se entiende por "problema": Cualquier obstáculo que se interponga para alcanzar el objetivo señalado, siempre que existan alternativas para elegir.
Como se ve la definición acota el campo y deja de lado hechos o situaciones que podrían caer dentro del límite establecido. En este caso, por ejemplo, la "muerte" no es un problema, ya que no hay alternativas a ella. En cambio "la supervivencia" sí lo es, porque hay para elegir continuamente entre alternativas. Y la calidad de esa elección tiene que ver con la inteligencia (o por lo menos así se lo supone).
Llamo la atención sobre un concepto clave: "objetivo señalado" (no "propuesto", porque esta palabra sugiere volición y, o, reflexión). El objetivo puede estar señalado de manera instintiva: sobrevivir, por ejemplo); o puede resultar de una reflexión (mejorar mi sistema de comunicaciones); o puede ser impuesto al organismo que actúa (un mandato de un programa, o una situación interna o externa que no se puede eludir).
Sin embargo, no es una definición que acabe, paradójicamente, con los problemas que trae precisar en que consiste la inteligencia. (Parece que el arte de "resolver problemas" es en si mismo "problemático"). Todo va sobre ruedas... hasta que introducimos la variable tiempo.
¿Es una buena solución aquella que resuelve un problema para crear nuevos problemas?
Veamos. Contrato a un especialista que tiene fama de ser "muy inteligente" y de resolver cualquier problema complicado en la gestión de mi empresa. Se pone manos a la obra y elabora un conjunto de excelentes soluciones. Ahora bien, como consecuencia de estas soluciones... al cabo de un año tengo que
cerrar mi empresa. ¿Seguiría pensando que el citado especialista ha solucionado mis problemas? Y, por añadidura ¿estaría dispuesto a mantener que la fama de "inteligente" es bien merecida?
La objeción no es trivial. Si se aplica a la civilización occidental
(imaginando, por un momento, la analogía con un organismo), resulta que la mayoría de las soluciones que inventamos son fuente de nuevos y graves problemas... en una huida hacia adelante que no puede detenerse sin poner en peligro todos los beneficios alcanzados. Alguien ha dicho, con cierta ironía, que si las máquinas siguen "ahorrando" mano de obra, trabajo humano, llegará un momento en que sólo podrán comprar, y mantener la economía... otras máquinas clientes.
¿Es la nuestra una civilización inteligente? Sin embargo, tenemos una inmensa capacidad para resolver problemas. Capacidad cada vez más necesaria porque éstos van en aumento. Lo que no parece un buen augurio.
Sin embargo, esta definición tiene futuro. Ya que su ventaja, su inmensa ventaja de esta propuesta es que la "inteligencia", así definida, puede estudiarse y... transmitirse. Está en la base de un proyecto de largo alcance: crear inteligencia artificial.
Imaginemos un robot que ha sido preparado para enfrentarse con cierta clase de obstáculos y vencerlos, o incluso un robot que ha sido programado para ser "muy suyo", para desarrollar una conducta idiosincrásica (que lo distinga de otras maquinas con funciones similares). Un robot con personalidad, que aprenda de su experiencia y que busque nuevas formas de
cumplir con su programación base ¡también sería posible llamarlo "inteligente"!
De esto trata la "Inteligencia Artificial". La IA es el conjunto de técnicas que se aplican al ordenador con objeto de desarrollar su capacidad para realizar funciones de aprendizaje y autocorrección. (10)
O para decirlo con otras palabras, la Inteligencia Artificial es "la
capacidad de una máquina o dispositivo para llevar a cabo funciones que normalmente están asociadas a la inteligencia humana, tales como son la facultad de razonar, el aprendizaje y el autoperfeccionamiento" (11)
Carlos Salinas <ddt@iponet.es>
<http://usuarios.iponet.es
Octubre 97
Este texto es elaboración personal pero tiene su deuda con los mensajes intercambiados en el área de Inteligencia Artificial de la red FIDONET, durante los meses de noviembre y diciembre de 1994.
Notas Bibliográficas:
(1) Dashiell Hammett, en Los Angeles Times", el 7-1-59.
(2) "En el verano de 1979, durante una reunión del Club de Roma en Salzburgo, Austria, un hombre se dirigió al conjunto de empresarios, expertos y magos de las finanzas allí reunidos para hablarles del tema de la "inteligencia humana". Este hombre era el profesor Luis Alberto Machado, quien, desde hacía cuatro meses, era ministro para el Desarrollo de la
Inteligencia, del Gobierno de la República de Venezuela." "Willem Oltmans.
En el libro Sobre la inteligencia humana del mismo autor, Editorial Santillana, Colección Aula XXI, Madrid, 1983.
(3) Como anécdota puedo referir que hace unos 10 años, aproximadamente, le sugería a un concejal de un ayuntamiento cercano a Barcelona que el municipio hiciera un estudio serio para aprovechar los superdotados (o de alto c.i.) que estudiaban en la escuela pública (a semejanza de lo que ya se
estaba haciendo con éxito en Israel). Me preguntó si tenía idea de cuantos habría. Yo le respondí que no, por lo que el estudio debería empezar por concebir los instrumentos adecuados para localizarlos y observar si las condiciones en que se desenvolvían eran adecuadas para su desarrollo. Noté, por la forma en que me miraba, que dudaba de mi salud mental. Preferí cambiar de tema para que mejorara su opinión sobre mí.
(4) Douglas R. Hofstadter - Gödel, Escher, Bach, Un eterno y Grácil Bucle- Tusquets Editores - Cuadernos Superinfimos 9 - [Lo de "superinfimos" suena a ironía, atendiendo al grosor, poco común, del volumen].
(5) Douglas R. Hofstadter. Ibídem.
(6) Acordarse de Sherlock Holmes y su negativa a "suponer y elaborar hipótesis" antes de tener en sus manos toda la información posible.
(7) Edward De Bono - Yo tengo razón; Tu estás equivocado - Edic. B. Barcelona, 1992
(8) Ferrater Mora - Diccionario de Filosofía - Editorial Sudamericana. 5a. Edic. Bs.As. 1965
(9) Denis Postle - El Universo de la mente - Plaza y Janes
(10) Nueva Enciclopedia Larousse
(11) J.A.Calle Guglieri - Sistema nervioso y sistemas de información - Pirámide. Ediciones Neurociencia. Madrid, 1977.
(12) Lo cual no es totalmente cierto. Cuando un programa se complica lo suficiente empiezan a suceder cosas raras. Cosas que no estaban previstas en las condiciones iniciales. Esta posibilidad de funcionamiento "caótico" es fecunda... y peligrosa.
(13) El estudio de estructuras comunes a fenómenos diversos recibe el estimulante nombre de "isomorfismos". Vease sobre este tema el citado libro de Douglas R. Hofstadter.