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s2t2 -Feliz desesperanza

Feliz desesperanza

El pasado lunes se celebró el "Día de África". Un día antes, Alfonso Armada escribía en el diario ABC un artículo que merece la pena leer con el título: "África es sinónimo de crisis". Lo reproduzco a continuación:

"Aplican los africanos, en su inmensa mayoría sin saberlo, la estrategia de un filósofo francés que no se anda por las ramas, André Compte-Sponville y su «feliz desesperanza». Vivir cada día es la única opción. El mañana es un enigma que sólo se descifra madrugando. La esperanza es improductiva. Y en eso las mujeres demuestran una entereza admirable, desde Somalia a Chad, desde Malaui a Senegal. Si no fuera por ellas, las devastaciones por el mal gobierno y las codicias internas y externas ya hubieran enviado a millones de africanos a las puertas de la atemorizada fortaleza Europa. Nunca ha habido mejor momento para aplicar la filosofía de otra gran cabeza francesa: Simone Weil convirtió en imperativo moral ponerse en el lugar del otro. Mañana es el Día de África, una jornada para sacar agua del pozo de la mala conciencia antes de volver a nuestros asuntos.

¿De qué hablamos cuando hablamos de crisis? Basta asomarse al abismo de las estadísticas para que los números parezcan guadañas que siegan la hierba rala de África: la esperanza de vida, los enfermos de sida, los conflictos internos, la corrupción, la querencia por perpetuarse en el poder... Aunque el comercio mundial es un sistema que consolida la injusticia y la reforma de políticas agrarias que «protegen» a Occidente de la competencia del sur ayudaría más que mucha caridad humanitaria al desarrollo del depauperado sur, cada vez son más los africanos que no culpan de todos sus males a la colonización y empiezan a ver en sus castas dirigentes la causa de su postración.

Son miles los cerebros que el continente pierde cada día. No todos. Algunos están regresando a países como Ghana o Cabo Verde o Botsuana o Namibia donde la democracia ha echado raíces. Hasta en naciones marcadas por la maldición de los recursos, como Guinea Ecuatorial, hay sin embargo quienes, como el arquitecto Amancio Nsé Angue, que podría vivir mucho mejor en España, luchan por cambiar el estado de las cosas desde casa con una integridad política y moral ejemplares. El Día de África les pertenece".

Tabla. Golpes de Estado en el África Subsahariana

Benín (6): 1963, 1965, 1965, 1967, 1969, 1972.
Burkina Faso (6): 1966, 1974, 1980, 1982, 1983, 1987.
Nigeria (6): 1966, 1966, 1975, 1983, 1985, 1993.
Ghana (6): 1966, 1969, 1972, 1978, 1979, 1981.
Sierra Leona (6): 1967, 1967, 1968, 1992, 1994, 1997.
Uganda (6): 1971, 1979, 1979, 1980, 1985, 1986.
Burundi (5): 1966, 1976, 1987, 1993, 1994.
Sudán (4): 1958, 1969, 1985, 1989.
Rep. Centroafricana (4): 1968, 1979, 1981, 2003.
Etiopía (4): 1974, 1974, 1977, 1991.
Liberia (4): 1980, 1990, 2003, 2009.
Congo (3): 1968, 1979, 1997.
Madagascar (3): 1972, 1975, 2009.
Níger (3): 1974, 1996, 1999.
Chad (3): 1975, 1982, 1990.
Guineas Bissau (3): 1980, 1997, 2009.
Togo (2): 1963, 1967.
R.D. Congo (2): 1965, 1997.
Mali (2): 1968, 1991.
Somalia (2): 1969, 1991.
Ruanda (2): 1972, 1994.
Gambia (2): 1981, 1994.
Guinea Conakry (2): 1984, 2008.
Lesotho (2): 1986, 1991.
Guinea Ecuatorial (1): 1979.
Costa de Marfil (1): 1999.
Sobre el tema de el continente africano merece la pena leer el post "Los héroes de África" que escribía el pasado martes 25 de mayo, Fernando López Fernández en su blog "Soul Business".

Soul Business

Gracias por visitar mi blog

MARTES 26 DE MAYO DE 2009

Los héroes de África

Ayer se conmemoró el «Día de África» en el mundo. Como suele ser habitual en esta clase de «special days» se organizan una serie de actos protocolarios y aquellos a los que les gusta salir en la foto, aparecen sonrientes diciendo esas frases políticamente correctas de que tenemos que ayudar al continente africano, pobrecitos, estamos haciendo lo imposible para solucionar la catástrofe y vamos a aumentar la cooperación etcétera. Declaraciones que luego se olvidan o aplazan porque siempre surgen otros días (Sida, cáncer, mujeres, infancia, hambre, naturaleza, violencia doméstica, de género o a secas que requieren su oratoria) o porque si se ponen a ello no llegan a la final de Roland Garrós, la de la Champions League, o la Cumbre Mundial de turno sobre cómo arreglar el mundo. Alguno de los que leáis esto, pensareis que no es como lo cuento y que exagero un poco, que hay voluntad y que los gobiernos trabajan a favor del desarrollo del continente africano y del bienestar de sus habitantes. No digo yo que os asista la razón, al menos en parte, pero a los hechos me remito. África siempre ha sido una «merienda de negros», y lo siento por quien me afee esta expresión, pero se refiere a un hecho y a una interpretación que, desde mi punto de vista, no tiene un ánimo racista y es coloquial y de uso común. África es, traducido, un jaleo de tres pares de narices desde hace siglos.

Si os gusta la literatura de viajes os recomiendo leer El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad o Ébano del escritor polaco Ryszard Kapuscinski, o Un Arco Iris en la noche de Dominique Lapierre o si preferís, leed los libros deJavier Reverte que también describen muy bien lo que es África. En cualquiera de ellos, leyendo sus páginas se hace uno una idea de por qué África es lo que es. Y guerras tribales aparte, mucho de lo que es hoy África tiene que ver con la colonización europea y árabe (porque a África siempre la dieron por todos los lados) que acabaron por arruinar moral y económicamente a este continente que algunos llaman olvidado cuando, en realidad, es el continente explotado que en no pocas ocasiones hace de conejillo de indias del resto de la humanidad.

Por otro lado, según contrasto en varias fuentes más de 400 millones tienen dificultades para alimentarse y otros 50 millones desearían con todas sus fuerzas no ser a muy corto plazo futuros esqueletos. El agua potable no llega a más de 300 millones de habitantes de las áreas rurales; en las urbanas otros 300 carecen de servicios básicos de saneamiento. Por no hablar de los más de 200.000 niños que son utilizados como soldados, como esclavos o arrojados a la prostitución; o los cientos de miles de refugiados que vagan arrastrándose bajo el cielo de África o son emplazados en modernos e insalubres campos de concentración donde, al menos, pueden estar medio a salvo si les llega el 10% de la ayuda humanitaria que se envía; o los incontables muertos por malaria, sida, tuberculosis y otras enfermedades que rara vez salen en el telediario si no son cifras de más de tres ceros de golpe; o los asesinados y mutilados; o los presos políticos etcétera: Un panorama muy jodido y de difícil solución, porque además los gobernantes de muchos de los países que forman el continente no se caracterizan por el sentido común sino por la ambición, el compadreo y un desprecio brutal a los derechos humanos.

Según leo en El Mundo el estudio Social Watch comenta que a ese ritmo, por ejemplo, África subsahariana no alcanzará un nivel aceptable en educación, salud e igualdad hasta el año 2353, es decir, nunca.

Si el problema no se va a resolver hasta esa fecha apaga y vámonos.

Pero entre toda esta desolación hay hombres y mujeres que no necesitan celebrar el día de África porque todos los días entregan su trabajo, su vida y su alma a África. Tipos que se la juegan en esta zona caliente del mundo haciendo aquello que les llevó a abandonar su zona de comodidad y que hoy se dedican a ayudar a otros seres humanos aún sabiendo que su esfuerzo no cambiará mucho las cosas. Médicos, profesores, enfermeros, curas, monjas, arquitectos… que han entregado su corazón a África; gente buena y valiente que lo mismo ayudan a nacer que a morir con dignidad; a curar que a enseñar a pescar; a leer o a creer en la esperanza. En definitiva, gente que ayuda a vivir llevando consuelo, amor y comprensión a estos olvidados de la Tierra.

Por eso, el post de hoy va dedicado a todos ellos y a la inmensa labor que están realizando.

Nelson Mandela decía que soñaba un África en paz consigo misma.

Yo también

Os dejo un video que he encontrado y que es bastante reflexivo.