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y2a -Los extraños casos de Hans Bender


Los extraños casos de Hans Bender

El médico y psicólogo Hans Bender (1907-1991) es uno de los fundadores de la parapsicología moderna. En 1950 fundó en Friburgo, Alemania, el Instituto de Zonas Limítrofes de la Psicología y Psicohigiene. Pero su estudio de las capacidades paranormales de numerosas personas no se limitó a las dependencias de su laboratorio, sino que recorrió el mundo entero en busca del psi, de las enigmáticas aptitudes de la psique humana.


DELETREO AUTOMÁTICO
Siendo estudiante, Hans Bender ya realizó en la década de 1930 una interesante investigación sobre el llamado deletreo automático. Se había constatado que había personas que en estado alterado de conciencia eran capaces de poner en movimiento involuntariamente, con el dedo de una mano, un objeto ligero sobre una mesa, que seguidamente se desplaza en rápida sucesión hacia una serie de letras dispuestas en círculo. De este modo se deletrean, sin intervención de ningún acto consciente, mensajes significativos. A veces, esos textos transmiten informaciones paranormales de naturaleza telepática o clarividente. La automatista más destacada de Bender fue la estudiante D., de veintidós años. Para llevar a cabo los experimentos con ella, el parapsicólogo diseñó un aparato especial, llamado "escriptoscopio": las letras estaban conectadas eléctricamente de modo que al tocar el sujeto experimental con el dedo un indicador, la letra correspondiente aparecía en una pantalla instalada en un cuarto contiguo. Gracias a esta separación espacial, Bender pudo descartar toda posibilidad de manipulación y sugestión en sus intentos de transmitir mensajes por vía telepática.
En febrero de 1933 se realizó un experimento interesante, cuando el célebre psicólogo suizo C. G. Jung anunció su visita al instituto psicológico de Bender. Este no divulgó la noticia de la visita de Jung, pues quería sorprender a sus colaboradores. Con esta idea rondándole la cabeza, en un experimento con D. se propuso, estableciendo una asociación con Jung (en alemán, "viejo"), transmitir telepáticamente la palabra "viejo". Mientras Bender se concentraba en la palabra "viejo", en la pantalla aparecieron en rápida sucesión las letras "J-U-N-G-V-I-E-N-E": "¡Jung viene!". Justo lo que Bender pretendía ocultar fue lo que llegó por vía telepática a su destino.
Este experimento fue para Bender sumamente ilustrativo con respecto a la naturaleza del proceso telepático. Por lo que se ve, la telepatía tiene poco que ver con la transmisión de pensamientos. Incluso parece que los pensamientos son un obstáculo. Bender había pensado en algo muy distinto, pero lo que transmitió fue un contenido de la conciencia que por un momento le había provocado un estado de excitación. El factor emocional es decisivo para el efecto telepático.

EL "PROFESOR FANTASMA"
Bender se hizo famoso sobre todo por su investigación de las manifestaciones de fantasmas. Desde la década de 1940 estudiaba esos extraños fenómenos en que los objetos del mundo material se comportan caóticamente sin causa aparente: cosas que de pronto vuelan de un sitio a otro, desaparecen o aparecen de nuevo en otro lugar, o que se arremolinan como si las moviera una mano fantasma. Buscaba respuestas a la pregunta de cómo una persona desencadena inconscientemente estos fenómenos raros y pasajeros. Para Bender, los fenómenos fantasmales eran la mejor vía para llegar a entender totalmente al ser humano, su actitud ante la naturaleza exterior y su propia naturaleza. Las apariciones de fantasmas eran para él claros indicios de la existencia de un nexo profundo entre todo lo que acontece y la dimensión psíquica de los fenómenos materiales. En los casos fantasmales, Bender siempre se obsesionó con recopilar la documentación más completa posible: anamnesis, pruebas psicológicas, grabaciones magnetofónicas durante horas, imágenes fotográficas y, en su caso, filmaciones.

EL FANTASMA DE ROSENHEIM
El caso seguramente más famoso de la parapsicología moderna se produjo en los años 1967 y 1968 en el bufete del abogado Sigmund Adam en Rosenheim (Alemania). Los acontecimientos inexplicables comenzaron con extrañas disfunciones eléctricas: había bombillas que se apagaban y se encendían por sí solas, se salían girando del portalámparas o explotaban. Al telefonear se interrumpía de pronto la conversación, o los cuatro aparatos sonaban al mismo tiempo sin que hubiera llamado nadie. Las facturas telefónicas se dispararon sin motivo aparente alguno. Los electricistas y la compañía telefónica revisaron a fondo la red eléctrica y telefónica, pero no observaron nada anómalo. El 19 de octubre de 1967, el abogado Adam observó, junto con un inspector fiscal, cómo avanzaba la aguja del contador de llamadas telefónicas aunque no había duda de que nadie estaba telefoneando. La compañía registró en ese instante varias llamadas al número 0119 del servicio horario. Los técnicos de la compañía telefónica y los inspectores de la compañía eléctrica estaban ante un enigma.
Finalmente, los fenómenos se intensificaron hasta tal punto que los cuadros giraban sobre las paredes, las lámparas oscilaban a veces hasta chocar contra el techo, se derramó el líquido de una fotocopiadora, las cerámicas caían de la pared, se desencajaban cajones y un archivador de 200 kilos de peso se desplazó 30 centímetros sobre el suelo.
Bener examinó el caso junto con unos físicos del Instituto Max Planck de Garching. Los científicos registraron reacciones normales del contador de la luz sin que se hubieran producido subidas de tensión en la red. Algunos movimientos de la aguja tenían una amplitud tan grande que rebasaban la escala del instrumento y se producían con tal vehemencia que se rompía el papel continuo del registrador.
Bender descubrió muy pronto que estos fenómenos tenían que ver con una determinada persona: la joven secretaria Annemarie. Las anomalías solo se producían cerca de ella. Era lo que en parapsicología se denomina la "persona focal" del fantasma, que origina inconscientemente los hechos anómalos en forma de descargas psicocinéticas. Hizo que enviaran a Annemarie de vacaciones y los fenómenos desaparecieron de la noche a la mañana. Sin embargo, se reanudaron cuando ella volvió.
Bender inició una serie de experimentos con Annemarie en el laboratorio y la sometió a unas pruebas de psicodiagnóstico. De este modo logró aclarar muchos mecanismos relacionados con los fenómenos fantasmales, como por ejemplo la estrecha relación existente entre la psicocinesia espontánea y la percepción extrasensorial, que controla aquellos fenómenos de modo inteligente desde el subconsciente. Este mecanismo rector se observa claramente en los efectos significativos de los fenómenos fantasmales. En el caso de Annemarie estaba muy insatisfecha con su trabajo y no se sentía feliz. Marcando el número telefónico del servicio horario de la compañía telefónica, su subconsciente se manifestaba constantemente preguntando cuándo había llegado la hora de marcharse a casa.

EL GORDO DE LA LOTERÍA
El hecho de que la telepatía no es una simple transmisión de imágenes sino un proceso muy complejo lo pudo demostrar Hans Beder a la luz de los experimentos que hizo con la actriz Christine Mylius. Esta solía prever en sus sueños acontecimientos futuros. En los dos mil ochocientos sueños cuya descripción envió al Instituto de Bender, este y sus colaboradores pudieron detectar sin lugar a dudas la anticipación de sucesos que ocurrieron mucho más tarde.
Una vez, Bender realizó un interesante experimento con Mylius. Le dijo que al acostarse se propusiera soñar sobre el tema de "me ha tocado el gordo de la lotería". Muchas personas son capaces de soñar conforme a la orden recibida. Esa noche, Christine Mylius soñó que había ido a casa de un músico amigo de ella en Friburgo: llamó al timbre, un joven rubio con gafas de sol le abrió la puerta y le dijo: "Aquí no podrá encontrarlo". Al día siguiente, Mylius acudió a un teatro para ver a una antigua colega. Más tarde se unió a ellas el nuevo novio de su amiga: era el joven rubio con las gafas de sol. Resultó que era el hijo del conocido a quien Mylius había querido visitar en su sueño y que para entonces había fallecido.
Mylius no conocía al hijo ni sabía que su viejo amigo "ya no se encontraba" en su antiguo domicilio.
Pero con esto no se ha agotado el misterio. El joven, que estaba sorprendido de que Mylius hubiera soñado con él, contó finalmente: "Casi nunca sueño, solo esta noche he tenido un sueño extraño: he soñado que me tocaba la lotería".
En este caso se produjo sin duda una comunicación telepática en toda regla. Mientras Christine Mylius soñaba con una persona desconocida, y en el sueño de esta se cumplía el mandato que había recibido.

EXAMEN DE MÉDIUMS
Hans Bender siempre ha favorecido el acceso cualitativo a la parapsicología: para él, el estudio de series estadísticas no servía de mucho. Centró su atención en el estudio de individuos extraordinarios, en personas dotadas de aptitudes paranormales especiales. Sus experimentos con el clarividente neerlandés Gerard Croiset en relación con sus aptitudes de percepción extrasensorial han ampliado decisivamente la comprensión de los procesos psicológicos profundos que se dan en un fenómeno paranormal. Revisten gran interés también sus estudios sobre los llamados "dobladores de cucharas", capaces, como Uri Geller, de retorcer por vía psicocinética los cubiertos de mesa. En particular su documentación de experimentos minuciosamente controlados mediante grabaciones de vídeo del doblador de cucharas suizo Silvio forman parte hoy en día del conjunto de materiales que prueban fehacientemente la existencia de la psicocinesia. Al final de su larga vida de investigador, Bender formuló la siguiente conclusión: "La investigación parapsicológica marca los contornos de una naturaleza ampliada, en los que el lazo íntimo de las vertientes objetivas del proceso natural con los aspectos psíquicos adquiere forma gracias a la investigación empírica. Está en tela de juicio la separación cartesiana entre espíritu y materia".