PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

X FECHAS


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

x orden alfabetico

ENLACES

*

*


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

+ vistas


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

varios


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

Historia de los nombres de las prendas de ROPA

Diferentes han sido las prendas en diferentes épocas, así como los gustos y las modas han cambiado con los tiempos. Y también -y he aquí lo que nos ocupa- los nombres con los que nos referimos a ellas. Para seguir un cierto orden, seguiremos el utilizado para vestirnos. 

Empezando con la ropa interior: los calzoncillos y las bragas. Los romanos, que antiguamente no llevaban medias ni calzas, aprendieron el uso de aquellas de los germanos -que sin duda las necesitaban para protegerse los pies de un clima riguroso- pero no tomaron el nombre sino que las denominaron con un derivado del que entre ellos designaba el calzado: calceus (zapato, en latín) dio lugar a calcea (calza, en latín) Con la evolución de la moda en los siglos medievales, se fueron llevando cada vez más largas hasta que llegaron a la cintura aunque se siguió manteniendo el nombre. Fue en el siglo XVI cuando se dividió la prenda en dos partes, la que cubría el abdomen y parte de los muslos se siguió llamando calza (con su aumentativo calzones o su diminutivo calzoncillos) y la que cubría los pies y las pantorrilas, calcetas o medias calzas (actualmente calcetines y medias) Respecto a las braca (bragas, en latín) podría tener su origen en la voz celta braqui, nombre de una tribu celta que se asentó en el sureste de la actual Francia y en el noroeste de la actual Italia. Usaban como indumentaria unos calzones de cuero que no usaba ninguna otra tribu de la zona y que les distinguían entre sus congéneres. Posteriormente se reforzó la parte delantera de manera ostensible en las armaduras, otorgando a tal parte el nombre de bragueta. Ambos nombres, pues, estaban referidos a prendas masculinas y fue en épocas más recientes cuando la calza fue prenda masculina y la braga fue prenda femenina. Aunque en otros idiomas esto no fue así. Por ejemplo, en catalán el calzoncillo es calçotet y las bragas son calces, ambos apelativos provenientes del mismo término. También es curioso mencionar su uso en algunas frases hechas como: "Pillar en bragas" por coger desprevenido, "Quedarse en bragas" por perderlo casi todo, "Dejar en bragas" por quitarle a alguien casi todas sus posesiones, "Hablar a calzón quitado" por hacerlo sin tapujos y "Tener calzones" por ser muy hombre... 

El nombre de la actual camisa proviene del latín tardío camisia, nombre con el que se conocía una prenda de origen germánico cuyo nombre pasó al céltico antes de que el latín lo incorporara. Aunque hay quien le supone un origen griego en el término kamasón, con el significado de túnica. Como el origen griego aparece documentado y también refrendado por el término árabe qamis con significado literal de camisa, parece lícito suponer que el término griego no ha cesado de cambiar sus formas en las diferentes lenguas, refiriéndose siempre a un mismo tipo de prenda. Los apelativos de camiseta, camisón, camisilla, camisola y demás, aluden a variaciones en la hechura de la pieza. También nos ha dejado algunas frases hechas esta prenda. Por ejemplo podemos mencionar: "No llegar la camisa al cuerpo" por tener miedo o "Meterse en camisa de once varas" por complicarse la vida sin necesidad. 

Las bragas de los pueblos galos y celtas son el antecedente de los pantalones. Cuando los bárbaros dinamitaron el Imperio Romano se popularizó su uso aunque entre gente sencilla y campesina, gente de poco peso social. Entre gente de posición fue habitual el uso de bombachos cortos o medias ajustadas y una túnica suelta hasta la rodilla hasta el siglo XVII. Fue a finales del XVIII cuando apareció el término pantalón, proveniente del francés pantalon, formado con el nombre de Pantalone, personaje de la Commedia dell'Arte italiana. Este personaje fue denominado así en honor del santo patrono de Venecia San Pantaleone, y como signo distintivo vestía capa y pantalones semejantes a los de ahora, largos y amplios que le llegaban hasta la rodilla. El pantalón, durante mucho tiempo prenda exclusivamente masculina, dio origen a la frase "LLevar los pantalones" por mandar y ser muy hombre; con idéntico significado a la de "Vestirse por los pies", en la que se contrapone el lugar por el que se ponen los pantalones al lugar por el que se pone un vestido femenino. Respecto a la falda, como prenda de vestir que cae de la cintura hacia abajo, es probable su origen en el término germano falda, con significado de pliegue. 

Seguimos con el chaleco, el chal, la chaqueta... Los dos primeros provienen del árabe yalika (casaca del cautivo), alteración del turco yalak (chupa) que llegó a nosotros a través del árabe yubba (túnica) y que designaba a la parte del vestido que cubría el tronco y que se ponía debajo de la casaca. Es curioso observar que un nombre tan "moderno" como el de chupa, con el que designamos la cazadora o chaquetilla corta, generalmente de piel, viene de tan antiguo. Otro caso es el de la chaqueta -prenda de vestir con mangas, que se ajusta al cuerpo y que pasa de la cintura y que se coloca por encima de otras prendas- cuyo nombre tiene su origen en el francés jaquette (chaqué) que deriva del francés antiguo jaque (jubón, almilla) y éste del también francés antiguo jacques (campesino) Aquí el nombre jacques, muy corriente entre la gente del pueblo, pasó a designar todo el campesinado y después a sus ropajes. Algo parecido a lo ocurrido con los juanetes, Juan Nadie, el John Bull inglés o el John Doe americano. "Cambiar de chaqueta" o "Más vago que la chaqueta de un guardia", son algunas frases. 

Pasando al calzado encontramos el término bota que proviene del francés botte y éste del gótico bauths (romo, rudo), lo que certifica que el término designaba primeramente a un calzado grosero y basto, forrado de pieles para proteger del frío. Cuando este tipo de calzado se mejoró fue distintivo de buena posición social frente al calzado más sencillo y de poco abrigo de la gente del pueblo. Frases como "Ponerse las botas" lo certifican. El tema parece no tener fin. Frente a términos como vestido y abrigo, que se explican por sí solos, encontramos otros de más reciente acuñación, con su pequeña historia detrás. Veamos algunos de ellos: corbata, bikini, pamela, rebeca, esmoquin, leotardos... Después de este repaso a las prendas de vestir -sin las cuales iríamos "En porretas"-, es de esperar que todos seamos capaces de "Vestir de tiros largos", o al menos de "Vestir de punta en blanco". 



Tomado de http://personal5.iddeo.es/haro/1de3