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[CAJON] Valdevimbre, comer entre 300 años de historia

Valdevimbre, comer entre 300 años de historia

Valdevimbre, comer entre 300 años de historia

Interior de la cueva 'Los Poinos'

@Miriam Rubio - 29/08/2008

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En pleno corazón de la provincia de León, a unos 20 kilómetros de la capital, se encuentra la localidad de Valdevimbre, un pueblo que apenas llega a los trescientos habitantes que ha sabido reconvertir la tradición vitivinícola de la zona en un reclamo gastronómico. Así, las antiguas cuevas excavadas en la tierra que se utilizaban para almacenar la uva y prensarla, son ahora acogedores restaurantes con un toque rústico, no en vano las cavidades tienen cerca de 300 años de historia y en ellas el comensal se evade, al menos por un tiempo, del mundo.

De todas estas cuevas el restaurante más longevo es 'La cueva del túnel', que lleva 30 años ofreciendo sus servicios. Dicen que fueron ellos los primeros en ofrecer una receta que se ha convertido en tradición: la tortilla guisada, quizá una de las razones por las que la guía Campsa lo recomienda. Aunque también otros nombres resuenan por aquellos lares con fuerza, como 'La cueva del Cura', que tras 18 años en el mundo de la restauración, cuenta con una recomendación Michelín. Sus especialidades pasan por la consabida tortilla, las parrilladas, el bacalao y una amplia carta de postres caseros que se presentan como un manjar al que uno no puede negarse.

Otras, como la cueva Miñambres, cuya existencia data de 1608, se enorgullece de guisos propios de la zona, como el rabo de toro estofado y la sopa de trucha; o la gruta vecina, Los Poinos, que busca dar un toque innovador a la cocina tradicional de esta comarca leonesa con platos como la cecina de vaca marinada en aceite de oliva con hígado de pato y pan de pipas o los puerros con piñones tostados y vinagreta de caramelo, creados por Amparo Rodríguez García, su jefe de cocina desde 2000 y miembro de Eurotoques.

Entre los vinos, aunque hay Riojas, Albariños, Bierzos y Toros, la reivindicación de la reciente denominación de origen Prieto Picudo, que ha logrado la zona, hace que tome fuerza el vino de la comarca, entre los que se encuentran caldos que ya alcanzan la crianza, con cuerpo y fuerza para acompañar a las carnes rojas que se presentan en chuletones de generoso tamaño, solomillos, entrecot o lechazo.

El pastel de cabracho es un placer que se disfruta en estancias abovedadas practicadas bajo un espesor de arcilla compacta que puede llegar a los 40 metros. El acondicionamiento de la sala también ha sido cuidado para que la temperatura sea suave. Por su condición, durante los largos días de calor estival la temperatura se mantiene baja y para el invierno, según nos cuenta el dueño de una de las cuevas, han acudido a la sabiduría romana.

La gloria es una buena forma de mantener tibio el ambiente durante el duro invierno leonés atendiendo a la física más básica, el aire caliente tiende a subir. De esta forma, los comensales, sentados con la única iluminación de las enormes velas que se sitúan por todas las bodegas podrán disfrutar de una velada agradable mientras más de tres siglos de historia les rodean por todas partes.

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Publicado por VRedondoF para CAJON el 9/03/2008 09:17:00 AM