No hace mucho que algunas marcas de bebidas (espiritosas, las bebidas no las marcas) han lanzado al mercado preparados en los que ya tenemos embotellados algunos de los cócteles (o cocktails) más famosos. Uno de estos es el Manhattan. Hoy he recibido un correo de una de estas marcas (Diageo/JB) al respecto y me ha surgido la curiosidad sobre el origen de este cóctel.
El Manhattan se hace con whisky (hay algunos mejores que otros para este propósito), vermú, angostura, hielo, cereza o aceituna y cáscara de limón.
Su origen, según una historia tan popular como falsa, está en el Manhattan Club de Nueva York. Allí, en 1870, el doctor Iain Marshall preparó por primera vez esta bebida para un banquete que se ofreció en honor del candidato a la Casa Blanca Samuel J. Tilden. La bebida fue un éxito y pronto comenzó a pedirse habitualmente en aquel local, del que tomó el nombre. Y decía que esta historia tiene pocos visos de realidad porque se dice que la anfitriona de dicha fiesta era Jennie Jerome, la que sería madre de Winston Churchill, pero esta señora estaba en Francia por aquel tiempo.
Hay algunas citas de cócteles con este nombre a mitad del siglo XIX aunque en algunos casos los ingredientes diferían en mayor o menor medida. En 1891 se publicó una obra de William Schmidt en la que ya se menciona el Manhattan, con unos ingredientes muy similares a los actuales.
El Manhattan se hace con whisky (hay algunos mejores que otros para este propósito), vermú, angostura, hielo, cereza o aceituna y cáscara de limón.
Su origen, según una historia tan popular como falsa, está en el Manhattan Club de Nueva York. Allí, en 1870, el doctor Iain Marshall preparó por primera vez esta bebida para un banquete que se ofreció en honor del candidato a la Casa Blanca Samuel J. Tilden. La bebida fue un éxito y pronto comenzó a pedirse habitualmente en aquel local, del que tomó el nombre. Y decía que esta historia tiene pocos visos de realidad porque se dice que la anfitriona de dicha fiesta era Jennie Jerome, la que sería madre de Winston Churchill, pero esta señora estaba en Francia por aquel tiempo.
Hay algunas citas de cócteles con este nombre a mitad del siglo XIX aunque en algunos casos los ingredientes diferían en mayor o menor medida. En 1891 se publicó una obra de William Schmidt en la que ya se menciona el Manhattan, con unos ingredientes muy similares a los actuales.
Dicho todo esto, amigos, quedémonos con que el origen no está claro a pesar de que se atribuya muchas veces a la madre de Churchill, y con que este cóctel tiene un siglo y medio de vida, por lo que bien merece un brindis en su honor
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